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[+FOTOS] La inolvidable experiencia de recorrer la piscicultura de rodaballo más grande del mundo

Durante la visita, uno de los temas que generó mayor interés por parte de los acuicultores portugueses fue el programa de Corfo que está impulsando el uso de insumos vegetales en la salmonicultura.

Por Dr. Daniel Nieto Díaz-Muñoz, gerente del PTEC-INVA
dnieto@inva.cl

Corría el año 2009 cuando leí en la prensa especializada que Pescanova inauguraba en la localidad de Mira, Portugal, la piscicultura de producción de rodaballo más grande del mundo, y no pude evitar las ganas de conocer esta formidable planta de acuicultura. Notable, además, puesto que por ese entonces la autoridad española le había negado el permiso ambiental y, al contrario, la autoridad portuguesa confió en los estándares de protección ambiental y en la creación de más de 800 puestos de trabajo que la empresa proponía.

Han pasado 15 años, todo llega a su tiempo, y durante febrero tuve el honor de ser guiado en una completa visita técnica, autorizada por la CEO, Renata Serradeiro, y guiada por el jefe de Producción, Mauro Frada, a quienes agradezco inmensamente la gentileza que tuvieron al llevarme por todas las instalaciones, poder fotografiar y lo más importante, se dio un muy enriquecedor diálogo entre nosotros, acuicultores, comparando con el salmón diversos parámetros productivos y de mercado.

La piscicultura, enclavada en la hermosa localidad de Mira, balneario de playas infinitas, de arenas suaves y oleajes fuertes, las mismas que miraría hace más de 500 años Hernando de Magallanes para luego tener el coraje de internarse en ese océano desconocido a bordo de cáscaras de nuez.

Con esa misma determinación, se instalaron 1.248 estanques en una superficie de 141.000 metros cuadrados (m2), algo inmenso realmente, donde ingresan 10,8 metros cúbicos (m3) de agua de mar por segundo y donde se cultiva una cantidad de 12 millones de peces en sus diversos estados de desarrollo. Un prodigio de la voluntad humana, la fuerza emprendedora, la ingeniería y la biología aplicada a la producción acuícola.

Semanalmente reciben desde la piscicultura (“maternidad”) de Insuiña/Mougás, en España, entre 100.000 y 200.000 alevines de 10 a 15 gramos, según reza un cuadro explicativo a la entrada de la unidad productiva. Estos peces viajan un trayecto de aproximadamente 200 kilómetros y al ingresar, pasan por un estricto control de calidad zootécnica y sanitaria.

En la primera unidad de preengorda, la densidad promedio es de 25 kilogramos (kg) por m² y son alimentados en forma automática pero también se chequea diariamente cada estanque en forma manual. A los 100 gramos (g) los peces pasan a las unidades de engorda, donde en un tiempo total (todas las etapas) de 900 días estarán, como gran promedio, en 2,3 kg. Finalmente, pasan a la sala de proceso a razón de 120 pescados por minuto, produciendo un promedio de 35 toneladas/turno.

Uno de los aspectos que llama fuertemente la atención es el enorme parque de paneles solares ubicado al costado de la planta y que generan suficiente electricidad para mover las poderosas bombas que ingresan el agua a los estanques, lo que los convierte en autosuficientes y sustentables en esta materia.

Respecto de la alimentación, ellos, productores de rodaballo (turbot en Chile), al igual que la industria del salmón chilena, noruega o cualquier otra, están en la transición inevitable de alimento en base a harina y aceite de pescado (esta especie también es carnívora) hacia las materias primas de origen vegetal, por lo que mostraron mucho interés en nuestro Programa Tecnológico para la Producción Local de Insumos Nutricionales para la Acuicultura (PTEC-INVA) impulsado por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y liderado por la empresa Salmones Antártica.

El destino final del producto son los países de la Unión Europea (UE) y en la pequeña localidad de Mira. En un buen restaurante tuve el privilegio de comer esta deliciosa carne, por nada menos que 30 euros. Un restaurante de mantel blanco, como lo merece esta exquisitez. Ya de vuelta, desde nuestro país salmonicultor agradezco y felicito a los acuicultores que en Portugal, maravilloso país de gente amable, hacen que esto sea posible.

  • Vea a continuación la galería de imágenes de la visita del Dr. Daniel Nieto Díaz-Muñoz:

Vista aérea de la planta Flatlantic de Pescanova en Mira, Portugal.

Trayecto desde el hatchery hacia la piscicultura en Mira.

Playa de Mira.

Mira es un bellísimo balneario situado a 40 kilómetros de la ciudad de Coimbra, también en Portugal.

Las playas de Mira invitan a caminar por la arena y sentir la potencia del océano Atlántico.

Las bocatomas de agua de la piscicultura se adentran varios kilómetros en el mar.

Las aguas que ingresan a la planta de Flatlantic traen la temperatura ideal para el cultivo del rodaballo.

Existe en la zona una gran biodiversidad en que las aves marinas están presentes en todo el litoral.

Al acercarse a la planta un cartel anuncia su condición de “villa sustentable”.

Un poco antes de llegar, cientos de paneles solares evidencian que la búsqueda de sustentabilidad es una realidad concreta en esta empresa.

«Plano pero grande» reza el anuncio en el edificio de entrada al complejo.

En la sala de ingreso a la planta se encuentra un diagrama con toda la información relativa al ciclo productivo, la alimentación, selección, controles de salud, calidad del agua afluente y efluente, y datos del proceso para llegar al producto final.

Galpones conteniendo los 1.248 estanques que componen la planta industrial de rodaballo en Mira.

Revisión diaria del apetito de los peces.

Durante el ciclo productivo los peces son seleccionados por peso entre dos y tres veces.

Diagrama que representa, en los grandes promedios, el ciclo productivo del rodaballo.

Vista general de un estanque de engorda en una de las salas.

Vista de un estanque de preengorda.

Restaurant Salgáboca en Mira.

Al finalizar la visita, un delicioso almuerzo de rodaballo en Mira.

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