Es una de las seis productoras del país que se adjudicó estos recursos y la única en la región de La Araucanía.
Yusari Gavilán Roa (44) es ingeniera acuícola, madre de tres hijos y hace 18 años que con su esposo Marcelo Soto decidieron emprender en Loncoche, provincia de Cautín, región de La Araucanía, un cultivo en tierra de trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss).
Hoy, la pequeña empresa familiar, que comenzaron con veinte mil alevines, trabaja con cerca de 200 mil ovas cada mes, es la única piscicultura local que sigue operando, de las más de quince que existieron en la zona, y es uno de los seis centros del país ganadores del fondo acuícola de pequeña escala que otorga el Instituto Nacional de Desarrollo Sustentable de la Pesca Artesanal y de la Acuicultura de Pequeña Escala (Indespa) con cerca de $ 30 millones de pesos para incorporar nueva tecnología a su proceso productivo.
«Las truchas son nuestros caballitos de batalla», dice Yusari, quien confiesa la emoción que significó para ella y su familia adjudicarse por primera vez recursos. Cada mes reciben ovas de un proveedor de la región que luego comercializan como alevines de cuatro gramos.

«Nos demoramos cerca de tres a cuatro meses en el proceso. Una parte la vendemos a laboratorios, universidades en Temuco (región de La Araucanía), Valdivia (región de Los Ríos) y Puerto Montt (región de Los Lagos) para investigación, y la otra, va para una empresa que se dedica a la venta de truchas en formato pan size de 400 gramos, sin pigmento y fileteadas», explica la acuicultora.
Calidad de las aguas
El fondo de acuicultura de pequeña escala del Indespa entregó recursos por cerca de $ 600 millones a diversos centros de cultivos de pequeña escala del país, y por primera vez, financió a centros emplazados en tierra, seis en total a nivel nacional, dentro de los cuales está la Piscicultura Wenüy de Yusari y su familia, únicos seleccionados en la región.
«Yo postulaba todos los años, pero recién este año el concurso fue diferenciado para los cultivos en tierra y es una tremenda oportunidad para ir mejorando lo que uno tiene», celebra la productora.
Según explica, los recursos, los destinarán a la compra de un filtro rotatorio que les ayudará a mantener la calidad de las aguas del estero que abastece el centro. «Al estar rodeados de forestales, en invierno, después que hacen las primeras cosechas, con las lluvias se va mucho material al estero y se enturbia el agua, se nos tapan las rejillas, hay semanas que no se puede alimentar, y con ello más probabilidad de que se nos alargue el proceso y los peces enfermen. Este filtro nos favorece enormemente porque podemos prever y evitar estos percances», agradece.

El director nacional del Indespa, Leonardo Llanos Huerta, subrayó que la misión del Instituto es fomentar el desarrollo de la pesca artesanal y también de la acuicultura de pequeña escala (APE): «La APE es un mundo de oportunidades no solo en el mar, también en tierra, y en Chile hay cientos de pequeños y pequeñas productoras acuícolas que trabajan día a día, haciendo cultivo en pequeña escala que genera gran valor, con un modelo productivo más sustentable, que contribuye a la seguridad alimentaria y permite productos de alta calidad».
Para Yusari, este apoyo es un motor para continuar y avanzar también hacia la agregación de valor. «No hay otro sistema que nos pueda entregar esa cantidad de plata para comprar un filtro rotatorio como en el caso de nosotros. Yo me emocioné ese día que vi las nóminas porque después de varios años lo logramos. Nosotros hoy solo hacemos la primera etapa de alevines, pero yo veo muchas oportunidades y diversificación, optar a un lote más chico, llevarlo a engorda y darle valor agregado para hacer, por ejemplo, trucha ahumada con especies y ofrecer un producto distinto. Independiente de lo que cueste, hay que ser perseverantes y estas oportunidades se agradecen enormemente», concluyó la representante de la Piscicultura Wenüy.